miércoles, octubre 04, 2006

Primero: Creer. Luego: Crear

En la película Episodio V: El imperio contraataca, hay una escena donde Yoda, un maestro Jedi de más de 800 años de edad está adiestrando a Luke en mantener la concentración y mover objetos con la mente, una pequeña roca levita ingrávida por la concentración de Luke. Entonces, su la nave, el único transporte que existe en ese planeta, el único medio para salir de ese pantano en medio del universo, comienza a hundirse en un lago fangoso.

En ese momento, Luke pierde toda concentración y contempla desolado las burbujas que emergen en el sitio donde hace un momento estaba su único elemento de escape. Luke se acerca a la orilla del lago y dice:

- Ya nunca podremos sacarla.

- ¿Tanta certeza tienes? – Le responde Yoda con otra pregunta – Nunca se puede, es lo que siempre dices, lo que te digo no escuchas.

- Maestro, mover rocas es una cosa, esto es… totalmente diferente.

- ¡NO! – Yoda levanta la voz y golpea el bastón contra el piso - ¡Diferente no!, tan solo en tu mente lo es. Debes desaprender lo que has aprendido.

Luke mira con cara de pocos amigos a Yoda, pero un instante después pone cara de resignación:

- Está bien, lo intentaré.

- ¡NO! – Yoda rasga con voz firme la espesa atmósfera del pantano, para luego (una vez captada la atención del aprendiz) bajar la voz y proseguir solemne – No intentos: Hazlo ó no lo hagas, no hay intentos.

Luke lo vuelve a mirar como gallina que mira sal, luego se voltea, toma una respiración, extiende su mano derecha, cierra los ojos y se concentra. Las burbujas vuelven a salir del pantano y poco a poco se empieza a asomar el ala de la nave, Yoda abre más los ojos, la mano de Luke tiembla por el esfuerzo, la nave que está queriendo sacar del pantano es miles de veces más grande y pesada que la roca que hace poco hizo levitar casi sin esfuerzo.

Pero pronto el brazo de Luke comienza a bajar, y la nave también, hundiéndose de nuevo, Yoda mira al piso, cierra los ojos y baja sus puntiagudas orejas. Luke, abatido, se sienta al lado de Yoda:

- Es grande, no puedo.

- No importa el tamaño. – le dice el maestro – Mírame ¿por mi pequeña estatura me juzgas?, pues hacerlo no deberías, porque mi aliada es La Fuerza, y una poderosa aliada es. De la vida es la creadora, crecerla hace, su energía nos rodea a todos y nos une.

- Luminosos seres somos, – continúa diciendo Yoda, mientras se acerca a Luke y pellizca su hombro – no esta cruda materia. Debes… sentir La Fuerza a tu alrededor; aquí, entre tu y yo. El árbol, la roca, en todas partes. Si. Y también entre la tierra y la nave.

Luke, mira a Yoda, sabiendo que no tiene argumentos para rebatir eso, pero sin estar ni un poquito convencido de lo que dice su diminuto maestro. Se pone de pié y le dice:

- Tú quieres lo imposible – mientras se retira unos metros, donde se echa de nuevo al piso.

Yoda respira, medio gruñe, cierra los ojos, extiende su verde brazo, terminado en una tosca mano con solo tres dedos con pezuñas y con la cabeza agachada se concentra. La nave comienza a levitar, saliendo a la superficie llena de ramas y fango por todos lados. Hay un androide de forma cilíndrica que ante la escena comienza a emitir una cantidad de “bips” guturales y a tambalearse frente a lo que su mecánico cerebro le dice que es imposible. Luke, ante la agitación se levanta y se aproxima a la orilla del lago.

Entonces observa cómo Yoda, ahora con la cabeza levantada pero los ojos aún cerrados y su brazo extendido ha hecho salir completamente la nave del fango y ésta levita como si eso fuera una papita, apacible, en dirección donde están ellos.

Chorreando agua y llena de ramas, raíces y sabrá dios qué más, pasa a un lado de Yoda y se posa suavemente en frente de Luke, quien la mira incrédulo, al punto que se acerca y toca la nariz de esa cosa (porque está tan asombrado que la mira como una cosa y no como una nave de unos 15 metros de largo)

Yoda, ya con los ojos abiertos, ve al Padawan tocando la nave y rodeándola, buscando el truco de la vaina. Luke, que no puede aún conseguir explicarse lo que está pasando se acerca a su maestro y le dice:

- Yo… no… no puedo creerlo…

Yoda, lleno de misericordia y con voz cálida le dice:

- Por eso es que fallas.

5 Comments:

At 4/10/06 11:54 a.m., Blogger OP_YODA said...

Bueno, creo que este fue un largo ejercicio narrativo (y el primero además) de una de mis escenas favoritas.

Creo que muchas veces tenemos la habilidad de hacer cosas que van más allá de las capacidades que creemos tener, lo cual demuestra que somos seres (en cierto sentido) ilimitados.

El límite, paradójicamente, lo pone cada quien, al no creerse capaz de ir más allá. E incluso cuando alguien se le para al lado y le muestra lo ilimitado que se puede llegar a ser, no lo cree.

Por eso el título de esta entrada, porque primero la mente cree que las cosas son posibles, luego la persona crea. Es en ese orden y no en otro. Nada ha sido creado sin que antes alguien lo imaginara (lo creyera). Es interesante que el verbo creer y crear se escriban de la misma manera en la primera persona:
Yo creo (de creer); Yo creo (de crear)

 
At 4/10/06 7:56 p.m., Blogger Depeco said...

Pues a desaprender lo aprendido y a creer que se puede crear...

¿Sabes? por casualidades de la vida o que sé yo... leo esto en un buen momento... gracias ;-)

 
At 19/10/06 2:15 p.m., Blogger Salvador Itriago said...

Bienvenido a la Blogosfera Luke, porque por allí Depeco dijo que ella era tu Yoda!, aunque yo no la veo tan verde.
Bienvenido.

 
At 19/6/08 1:14 p.m., Blogger Carlos A. Domínguez said...

Definitivo, soy un convencido que cuando realmente deseas algo, se logra. Las limitantes existen porque uno las permite pero, con empeño y astucia se puede lograr lo que uno se proponga.....Animo !!

 
At 28/12/11 2:18 p.m., Anonymous Anónimo said...

Hola, que tal! Me encantó este pasaje de la saga de star wars, sin duda que están llenos de significados interesantes. Creo que llega en un momento muy especial para hacerme reflexionar de lo importante que es creer para poder realizar cualquier empresa

 

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